EL PROBLEMA DEL MAL
Fuente: Internet
La existencia del mal ha
constituido un fuerte problema debido a que no sabemos cuál es su esencia, que
actitud se debe de tomar frente al mal.
Además partimos del hecho de que
existen situaciones nefastas, tales como asesinatos, el secuestro, la
violación, la guerra, la infinidad de víctimas de un terremoto o de una
inundación, el nacimiento de un niño sin brazos, enfermedades incurables
como el cáncer y el SIDA. A continuación veremos cuáles son las
diferentes posturas que debemos tomar frente a tales desgracias.
- La Postura del Maniqueísmo frente al mal.
Es una postura (tachada como
herética dentro de la Teología católica) que sostiene la existencia de dos principios opuestos,
dos dioses, el dios del bien y el dios del mal. El primero se llama Ormuz y el
segundo Ahrimán. Estos dos dioses luchan entre sí y tratan de conquistar al
mundo para su propio reino. En otras palabras, esta postura consiste en
atribuir consistencia positiva al mal, como si el bien y el mal fueran dos
enemigos (dos poderosos dioses) que luchan entre sí para apoderarse del mundo.
El uso de un lenguaje plagado de términos negativos ha originado una
verdadera tragedia en la Filosofía de la vida, pues nos hace creer en la
existencia de gigantes peligrosos cuando sólo existen molinos que ejecutan su trabajo cotidiano.
- La Postura de la Filosofía Aristotélico – Tomista.
De acuerdo con esta postura el
mal es la privación de un bien. Es decir, que el mal en sí, a secas, no se da.
El mal no tiene una consistencia independiente del bien, sólo se entiende en función del
bien. Entonces el mal es un término que sirve para referirse a un faltante, a
algo que de hecho no se da. Por ejemplo cuando existe un objeto que tiene
noventa cualidades y debería tener cien, decimos entonces que el mal está en
esas diez cualidades que faltan. Con esto podemos insistir que, en el fondo, no
hay valores negativos, sólo hay valores positivos, y cuando hablamos de valores
negativos, lo que se da a entender es la privación del correspondiente valor
positivo. Así pues la fealdad es una privación de la belleza; la pobreza es
la privación del valor riqueza; la falsedad es la privación del valor verdad.
- La Positividad del Ser.
Una de las principales enseñanzas
de la metafísica tomista es la positividad, la bondad del ser, y en
la medida en que participa de él es positivo, es bueno. Si algo existe algo en
el ser, es que no existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no
existe. Por lo tanto, a lo que llamamos "malo" es tan sólo una
privación de un bien, es decir, lo que falta a un ente bueno para ser
plenamente bueno, conforme a su esencia. Para ilustrar más esta definición se
puede citar a la energía térmica. Cuando un objeto tiene mucha energía térmica
podemos decir que está caliente, pero cuando no tiene casi o es nula decimos
que está frío, sería absurdo afirmar que el frío existe, así es, el frío no
existe, lo que si existe es la ausencia de energía térmica.
- Diferentes escalas para referirse al mal.
De acuerdo con las cuatro escalas
del sistema axiológico se pueden obtener algunas conclusiones acerca
del problema del mal.
- La primera escala, la bipolaridad exclusiva, nos proporciona una visión del mal sumamente pesimista ya que lo que no es bueno, es malo definitivamente. Y como no hay muchas cosas buenas.. el hombre con esta escala entra en angustia con mucha facilidad.
- En cambio la escala del cero absoluto logra abstenerse del empleo de dos términos diferentes para señalar los extremos opuestos. Así, por ejemplo, la energía calorífica es una buena expresión para indicar cualquier grado de calor. Cuando se da poca energía calorífica, el sistema bipolar empieza a utilizar el término frío.
- El uso del sistema bipolar de categorías para referirse al mal ha dado origen a una teoría en la historia del pensamiento la cual ha recibido el nombre de maniqueísmo. Aunque esta teoría es propia de la Teología, no deja de abarcar una vertiente filosófica.
- La Postura de Pierre Teilhard De Chardin.
Este autor nos
proporciona una pista para comprender la existencia de cosas y personas malas,
según el, el universo está en constante evolución y todo tiende hacia
un estado de perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se infiere
que, mientras estemos en evolución, lo normal es encontrar muchos grados de
imperfección, y esto es precisamente a lo que nosotros llamamos mal. En otras
palabras el mal es nuestro modo de percibir y catalogar el estado imperfecto
de las cosas que aún no llegan a su etapa definitiva de evolución, el mal es lo
que nos falta para llegar a la perfección, la cual, obviamente no es lo que
abunda. Una consecuencia que se obtiene a partir de esta postura es que no
habría que escandalizarse por tantos sucesos negativos que están pasando en
nuestra realidad ya que no son sino la expresión de una etapa intermedia en el proceso evolutivo
del universo. Pero este modo de ver las cosas no tiene porqué llevarnos a
tomar una postura de indiferencia o de apatía ante los males que se constatan.
Al contrario, el incremento de la bondad es precisamente la responsabilidad de
la persona que toma conciencia de las etapas de evolución del mundo en que
vive.
- El conocimiento holístico frente al mal.
Trata de referirse al bien y al
mal de otra manera, esta prescinde de estructuras noéticas, aun cuando no sea
en forma total. Si prescindimos de las estructuras noéticas del bien y el mal,
podemos establecer una tesis que no deja de ser extraña en el mundo occidental:
Las cosas simplemente son. El calificativo de bueno o malo es un añadido que
hacemos en función de una comparación con un criterio dado. Los orientales
sostienen por medio de un famoso aforismo: El bien y el mal son una enfermedad
de la mente.
- La Existencia del mal y la bondad de Dios.
Esta postura nos dice que no existe un Dios malo como lo dice el
maniqueísmo, sino lo que ocurre es que Dios ha creado un mundo en evolución y,
por tanto, un mundo que necesariamente implica etapas de imperfección y de
acercamiento al ideal que todos asumen como perfecto. Hace énfasis en que no
debemos lamentarnos por lo malo que ocurre ya en sí el mal no existe, solo
existe un faltante de perfección en las cosas que para nosotros son malas, y
debemos de tratar de sacarle provecho a todo lo que ocurra ya que como dice el
dicho "no hay mal que por bien no venga" o no hay nada tan malo que
no nos pueda proporcionar algún beneficio.
- La Responsabilidad del Hombre frente al mal.
Los que nos dice esta postura es
que aunque el mal es la imperfección la cual no se ha logrado eliminar del todo
debido a que estamos en un proceso de evolución y no tenemos por qué
alarmarnos, no debemos de tener una actitud de irresponsabilidad ante nuestros
actos. Debemos ser responsables con nosotros y no convertirnos en personas
apáticas, tratar de ampliar nuestro horizonte axiológico mediante el estudio.
Pero existen situaciones en las que no todos los seres humanos podrán
desarrollarse correctamente como individuos ya que aunque quieran asumir la
responsabilidad de ser individuos mejores pudiera ser que la situación en que
se encuentren, económica, emocional, física, etc. No les permita
desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es el costo de la
evolución.
- La actitud Positiva frente al mal.
La humanidad en su evolución
llega a capta ciertos valores y realiza la comparación con los hechos que le
rodean. El resultado de dicha comparación es deprimente por lo que se llega a
una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando más
claro aparece el horizonte de los valores, más fácil surge el juicio negativo
hacia la realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de evaluación,
sino en la pretensión de que ese juicio es completamente objetivo. En contrate
lo que se propone es la de ser que "el ser es lo que es" sin mayor
calificación. El calificativo de bueno o malo está en nuestra mente, cualquier
situación podría considerarse como buena o mala según el criterio que se
utilice para emitir el juicio evaluatorio. Lo que se deriva entonces es una
actitud de obtener provecho aun de aquello que se considera negativo y que
deprime a la mayoría de gente. Ahora bien, la actitud positiva frente al mal no
está en pugna con la compasión frente a las personas que padecen alguna
enfermedad, una injusticia o la muerte de un ser querido. La empatía
y la compasión son virtudes propias de aquellas personas que saben desprenderse
de sus propias categorías y comparten con los demás sus propias situaciones.
Este criterio se puede aplicar también ante lo que se llama "el mal moral,
el acto deshonesto, el pecado, el acto humano malo". Por supuesto que
existen actos humanos malos, es decir, que no están de acuerdo con los valores
morales, con las exigencias de la naturaleza humana. La perspectiva que
acabamos de mencionar se puede aplicar de la siguiente manera: la persona que
ejecuta un acto humano malo de todas maneras ha elegido un bien, algo que atare
su voluntad, a su naturaleza; de no ser por esto el sujeto no elegiría tal
conducta. El que roba quiere el dinero del Banco, lo cual e su
bien. El que fornica quiere el placer sexual, que también un bien. El mal moral
está en desorden con respecto a las normas morales, o mejor dicho,
con respecto a las exigencias de la naturaleza humana. Podemos concluir, pues
que aun en el hecho del mal moral existe un bien. Así se explica que de hecho
existan personas adictas a esos bienes. Lo cual no impide la reprobación de
dichos actos por parte de las normas morales y de una sana actitud Ética.
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